Un riesgo se entiende como la inacción o acción que no permite el alcance de los objetivos. Mientras que los riesgos emergentes se definen como aquellos que están cambiando o son difíciles de cuantificar, tienen un mayor impacto en la sociedad y están enmarcados por condiciones que los influyen como la política, la economía, la geopolítica y el ambiente natural.
El primer paso para la regulación de los riesgos emergentes es su identificación. La aplicación de metodologías para el análisis estratégico de riesgos tiene el objetivo de levantar reflexiones en torno los riesgos emergentes y sus consecuencias. El análisis de escenarios y la creación de un marco de referencia de este tipo, garantizan que el desconocimiento de éstos deje de ser un problema para la industria aseguradora.
Nina Arquint, jefa del grupo de Gestión de Riesgos Cualitativos de SwissRe, asegura que “la habilidad de navegar un panorama de riesgos, es clave para el éxito. Aún más para las compañías de seguros, porque nuestro trabajo tiene que ver con tomar y manejar el riesgo e invertir en una perspectiva a largo plazo.”
Para la gestión de riesgos emergentes, es importante la estandarización de datos y la medición de su comportamiento; así como entender que el cambio tecnológico, el calentamiento global, el impacto de la digitalización, la ciberseguridad, las pandemias, el desarrollo de la infraestructura -entre otros, son riesgos emergentes de impacto global que afectan, de manera exponencial, a los productos de las aseguradoras y afianzadoras.