Las acciones de Facebook cayeron 8% tras el lanzamiento de la campaña Stop Hate for Profit, donde se realizó un llamado a todas las empresas que se publicitan a través de Facebook a pausar sus anuncios pagados durante el mes de julio, con el objetivo de presionar al gigante de las redes sociales a endurecer y replantear sus políticas contra el discurso de odio. Sin embargo, parece que el boicot económico no tendrá un gran impacto a largo plazo.
Diversos grupos de derechos civiles de Estados Unidos, como la Liga Anti-Difamación (ADL), la NAACP y Color of Change, comenzaron la campaña Stop Hate for Profit tras la negativa de Facebook de remover los comentarios del presidente Donald Trump respecto a la oleada de manifestaciones que se dieron debido a la muerte de George Floyd; un hombre afroamericano que murió asfixiado por un policía blanco.
Durante las primeras semanas de julio más de 1,000 marcas ya han pausado su publicidad en Facebook, respaldando esta campaña, entre ellas Ford, Puma, Vans, Reebook, Adidas, Target, Whitecastle, Dunkin’ Donuts, Lego, Levi’s y la multinacional Unilever.
De igual manera, Coca Cola y Starbucks se pronunciaron a favor sin sumarse directamente a la campaña, en cambio, ambas empresas lanzaron comunicados informando que suspenderían su publicidad de todas las redes sociales durante al menos 30 días, mientras discutían internamente sus políticas publicitarias.
Tras el respaldo de estas marcas a la campaña, diversos ejecutivos de Facebook se reunieron con sus anunciantes para explicar sus nuevas políticas contra el contenido violento o racista, afirmando que la plataforma se someterá a una auditoría de sus controles. Asimismo, Mark Zuckerberg anunció que se prohibirán los anuncios que expresen mensajes de odio contra las personas basados en su raza, religión, orientación sexual o estatus migratorio.
El 70% de los anunciantes de Facebook son pequeñas y medianas empresas, quienes se encuentran mucho más vacilantes a retirar su publicidad de la plataforma, especialmente aquellas que dependen al 100% de su exposición en redes sociales para el contacto directo con sus consumidores.
Debido a este panorama, más allá de generar afectaciones importantes a sus ingresos a largo plazo, el hecho de que grandes marcas se sumen a las demandas sociales de estos grupos ayudará a visibilizar la campaña y ejercer una presión mediática que orille a Facebook a revisar y reevaluar sus políticas respecto al contenido de odio.
Fuentes: ADL, Junio 2020
Forbes, Junio 2020
Trecebits, Junio 2020
New York Times, Junio 2020
Pathmatics, Julio 2020
Forbes, Julio 2020
DW, Julio 2020