Con el propósito de indemnizar a los intermediarios financieros de un crédito relacionado con el financiamiento a la vivienda, en caso de que un acreditado sea incapaz de saldar su adeudo de manera definitiva conforme a las condiciones pactadas o cuando la recuperación por la adjudicación o dación y venta de la garantía para cubrir el total del saldo insoluto del acreditado sea insuficiente, el Sector Asegurador ofreció desde el 2004 un producto denominado Garantía por Incumplimiento, que en el 2007 fue sustituido por el Seguro de Crédito a la Vivienda para homologarse con la experiencia internacional
Debido a la diversidad de soluciones ofrecidas para el crédito hipotecario, el objetivo del Seguro de Crédito a la Vivienda es cubrir la secuencia de eventos que resultan en una reclamación que, ciertamente, no solo dependen de la capacidad y voluntad de pago del acreditado, sino también de factores económicos que inciden en la relación entre saldo insoluto del préstamo y valor de la garantía (relación préstamo valor o Loan to Value) y en el valor comercial de la vivienda en garantía.
No obstante, la regulación del Seguro de Crédito a la Vivienda está basada en regulación internacional y podría no representar las obligaciones esperadas y no esperadas del sector del seguro al crédito destinado a la adquisición y mejora de la vivienda, por lo que se tiene como objetivo que las aseguradoras utilicen el requerimiento de capital basado en un modelo Pérdidas Máximas Probables (Probable Maximum Loss) y con información histórica del sector asegurador mexicano.
El Modelo de Pérdida Máxima Probable
Por esta razón, se tomo la decisión de construir un esquema integral de solvencia, que considere la estimación de las reservas y el capital de manera integral, basándose en lo establecido en esquemas internacionales de administración de riesgos como Solvencia II y en estándares internacionales de cálculo de reservas y capital calibrados con información histórica del sector y con un modelo de pérdidas máximas probables, buscando que no exista un arbitraje regulatorio con el sector bancario.
El modelo estimará los requerimientos de reserva y capital a través de simulaciones del comportamiento de un portafolio de créditos hipotecarios y de los mecanismos de transmisión del siniestro a la aseguradora, donde se incluyen factores como el comportamiento de pago de un acreditado en función de su estado de morosidad, relación préstamo valor, moneda en la que se encuentra denominado el crédito e institución que otorga el crédito.
De esta manera el esquema regulatorio podrá basarse en un modelo de pérdidas agregadas condicionadas a la mora del crédito, en función de la relación existente entre el valor de la vivienda y el monto de crédito y la institución que originó el crédito.
Ciertamente, dicho modelo de pérdidas agregadas se basará en la experiencia del mercado asegurador mexicano
Objetivo del Modelo de Pérdida Máxima Probable
En el ambiente del sector asegurador la necesidad de aproximar un límite superior a las pérdidas por siniestros ha sido siempre un tema central. Con el desarrollo de técnicas cuantitativas y mejores sistemas de acopio de información se tienen disponibles mejores técnicas, modelos y herramientas para la estimación de dicho límite de pérdidas máximas probables.
A fin de garantizar la estabilidad del sistema financiero, es un requisito indispensable contar con una reserva y un capital que considere las pérdidas máximas probables que se estima que ocurran, en relación al riesgo relacionado al Seguro de Crédito a la Vivienda. La reserva y capital basadas en dicho modelo ayudará a que las Instituciones que otorgan créditos hipotecarios y que se encuentran aseguradas, tengan la certeza de que la aseguradora que los respalda tenga el suficiente solvencia para honrar sus obligaciones contingentes aún bajo situaciones económicas adversas.
El modelo propuesto está preparándose para gestionar las negociaciones con la CNSF y obtener su aprobación e implementación en el Sector. Se espera que en su inicio, participen en el proyecto dos de las compañías de seguros asociadas a la AMIS