En México sólo tres de cada diez personas cuentan con un seguro para proteger sus ingresos ante una muerte prematura. Los seguros de vida siguen sin estar entre las prioridades de la población, dejando a familias enteras a la deriva económica cuando pierden a quien las sostenía.
La esperanza de vida de los mexicanos hoy es de más de 75 años, un año más que en 2014. Considerando que la vida laboral se termina entre los 60 y 65 años, los diez años que se viven sin trabajar representan un reto financiero ante la falta de ahorro y la ausencia de un seguro de vida (que cubra los gastos funerarios y deje a la familia un soporte económico).
Siempre es recomendable contar con un seguro de vida acorde a las necesidades de protección, por ejemplo, considerar el número de personas que dependen del asegurado, el monto de los gastos mensuales del hogar, los gastos previstos de educación y el sueldo que se aporta al sostén de la familia. Se trata de tener una cobertura real de los egresos que le harán falta a la familia.
También es necesario tener en cuenta la capacidad de pago del contratante, a fin de no reducir sus finanzas y provocar que se pierda la póliza. Las aseguradoras evalúan la edad, sexo, estado de salud y actividad del asegurado para ofrecerle la mejor opción. Siempre hay seguros de vida acordes a las necesidades de los usuarios.
Fuente: Expansión