Los aspectos macroeconómicos que venían experimentándose desde finales del año pasado se dispararon con intensidad desde agosto a raíz de situaciones de cartera vencida hipotecaria en la banca norteamericana.
En el mundo globalizado el fenómeno trascendió a la economía de prácticamente todos los países y, dadas las relaciones comerciales que México sostiene con los Estados Unidos de Norteamérica, afectó sustancialmente nuestra economía. Sus principales efectos se observaron en la tasa cambiaria, el precio del petróleo, las operaciones bursátiles y finalmente impactaron a la microeconomía provocando una contracción en el gasto incluso familiar.
Esta situación ha venido afectando y modificará los indicadores macro del sector asegurador, particularmente en lo referente al presupuesto de primas establecido para el cierre del 2008.
Las condiciones que prevalecerán de aquí al final del ejercicio tienen dos posibles efectos en la visión de prevención:
Ambas posturas afectan al seguro.
En el primer caso es importante que los intermediarios realicen esfuerzos dirigidos a la renovación y conservación de la cartera vigente. Será factor de argumentación destacar los inconvenientes derivados de reducir la protección y más aún de cancelarla. Esto último es de particular interés en los asegurados de Vida Individual.
En el segundo caso, para aquellos cuya visión es la toma de conciencia de la importancia de estar preparados para futuras ocasiones en que se presenten situaciones económicamente desfavorables o adversas, el factor de argumento será justamente la prevención, mediante ajustes presupuestales que incluyan un esfuerzo destinando una partida del gasto a la contratación de pólizas.
En ambos casos se requiere del desempeño profesional de los intermediarios para ofrecer al mercado una asesoría objetiva ante el escenario económico actual.