Salud en México, colaboración público – privada
México tiene todo a su favor para alcanzar el pleno desarrollo. A nivel mundial ocupamos el lugar número quince por el tamaño de la economía. Con 121 millones de mexicanos, somos la población número once y entre las mejores situadas demográficamente. La enorme biodiversidad, abundantes recursos naturales y vecindad con la economía más grande del mundo apuntalan nuestra economía.
El país enfrenta también grandes retos: ocupamos la posición 71 en el Índice de Desarrollo Humano, mientras que nuestra población envejece aceleradamente; en este escenario, las enfermedades crónico-degenerativas, sobre todo el cáncer y la diabetes, son ya los principales problemas de salud.
Las enfermedades crónicas amenazan no sólo con estancar el crecimiento de la esperanza de vida de los mexicanos sino, incluso, disminuirlo. De no revertir sus tendencias, los costos proyectados para su atención serán insostenibles. México podría ver deteriorada su productividad y su competitividad.
A nivel internacional los países están tendiendo hacia esquemas de salud en donde hay una participación pública y privada, es decir los esquemas públicos buscan la participación privada para lograr la universalidad de salud y así garantizar el derecho a la salud de cualquier ciudadano.
En México, nuestro Sistema Nacional de Salud ha alcanzado grandes logros. En las últimas décadas ha enfrentado –prácticamente solo, es decir, sin el acompañamiento auxiliar y complementario del sector privado– el abatimiento de las enfermedades agudas.
Es por ello que consideramos necesario llevar a cabo una reforma estructural para incidir en el panorama epidemiológico. Los retos de atención son muy diferentes a los que las instituciones públicas han encarado.
Es preciso, por tanto, responder oportuna y efectivamente con un sistema de salud que canalice e integre la participación de la sociedad en su conjunto, y con ello se de paso a una política de Estado incluyente, y no únicamente de Gobierno.
La industria de seguros mexicana diseñó el documento “Hacia la cobertura universal de la protección financiera en salud”, en el que abordamos los retos de los seguros públicos y privados, así como las oportunidades para responder conjuntamente a las nuevas necesidades de salud y competitividad de México.
En dicho documento analizamos los seguros de salud de manera integral. Con base en este análisis, proponemos escenarios de colaboración público-privada para alcanzar, a corto plazo, la cobertura universal de la salud: a través del aseguramiento privado se ofrecería cobertura a los 19.3 millones de mexicanos que aún carecen de este derecho fundamental.
También buscamos ampliar el alcance de la protección de la salud de quienes ya cuentan con algún esquema de seguridad social, mediante seguros de salud complementarios.
A través de esta propuesta, vemos que el sector asegurador privado puede colaborar en:
Estas acciones podrían realizarse a través de:
Lograr la protección financiera de la salud universal permitirá reducir el gasto de bolsillo que todavía incide en el empobrecimiento de muchas familias mexicanas y, sobre todo, el retraso en la atención de las enfermedades crónicas, además se ayudará a la productividad y desarrollo del país, para lograr un México más productivo, competitivo y estable.