El Economista – Valores y Dinero –
Pág. 12, Belén Saldívar.-
Ante la gran exposición que tienen varios mexicanos a desastres naturales, como los ocurridos el año pasado, la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) planteó un mercado de microseguros de daños para la población de bajos recursos.
De acuerdo con la agenda pública de la AMIS, ante la escasa penetración del seguro privado -en el 2017 fue de 2.2 % del Producto Interno Bruto (PIB) – y la casi inexistente cobertura de seguros para la población de bajos ingresos es importante buscar medidas para cubrir y resguardar a los mexicanos de manera adecuada, sobre todo, a aquellos que tienen bajos ingresos económicos.
“Se estima que en México existen sólo algunas miles de pólizas de microseguros de daños no-agrícolas. Esto obliga a la gran mayoría de la población a enfrentar los desastres con recursos propios o con los provenientes de programas gubernamentales, en particular los relacionados con el Fondo de Desastres Naturales (Fonden)”, explicó la AMIS.
Sin embargo, pese a los grandes beneficios del Fonden, la escasez de recursos fiscales y la amplia gama de bienes públicos que cubre el programa han reducido lo que el gobierno destina para reconstruir las viviendas en situación de pobreza.
“Lo anterior genera un reto importante tanto para el Estado como para la sociedad en términos de cómo financiar los daños de manera que el primero cumpla con su papel rector de alivio a la pobreza, al tiempo que establezca los incentivos correctos respecto a la toma de riesgos que afecta la propiedad privada”, señaló la asociación.
En este sentido, refirió que el reto puede ser superado, en el mediano plazo, mediante la creación de un mercado de microseguros de daños que complementen las coberturas que otorga el Fonden a la vivienda en situación de pobreza.
Los microseguros son productos diseñados para cubrir necesidades específicas, con ciertas características, que los hacen más accesibles a la población.
De acuerdo con la Ley de Instituciones de Seguros y Fianzas, éstos deben tener como objetivo pro mover el acceso de la población de bajos ingresos a la protección del seguro mediante la utilización de medios de distribución y operaciones de bajo costo.
Cifras de la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas muestran que en México existen 14.7 millones de personas que cuentan con un microseguro.
En vivienda, la brecha es de 0.07% del PIB
En su agenda pública, la AMIS indicó que la brecha de aseguramiento en materia de vivienda ante eventos catastróficos, en México, representa 0.07% del PIB, por lo cual es importante impulsar la penetración tanto del seguro como del microseguro.
“A través de un microseguro catastrófico es factible reducir las vulnerabilidades de la población de menores ingresos. Por lo que le toca al resto de la población, un aseguramiento inducido a través de mecanismos de recaudación gubernamental, como podría serlo el Impuesto Predial, reduciría los impactos que un evento catastrófico podría tener en la población y en la economía”, refirió en el texto.
Agregó que se necesita una colaboración público-privada para impulsar el aseguramiento de la vivienda en todos los niveles, con un énfasis en la clase media. Para ello, indicó es importante sensibilizar y educar a la población en materia de riesgos en los hogares y cuáles son las ventajas de contar con un seguro.
Asimismo, refirió que las políticas de aseguramiento en tomo a los créditos hipotecarios -en México, alrededor de 20% de las viviendas tiene un crédito hipotecario y con ello un seguro- son aplicables hacia la vivienda y condominios en general, además de que se pueden crear productos de aseguramiento flexibles y con condiciones indemnizatorias más sencillas.