Solo el 15 por ciento de la población económicamente activa en México cuenta con un seguro de vida. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los mexicanos que realizaron o tuvieron una actividad económica o bien, buscaron activamente realizar una se encuentra arriba de los 55 millones de personas. De este segmento de la población, únicamente 8 millones cuenta con este tipo de protección.
Bajos ingresos y poca sensibilización ante la importancia de contar con este producto financiero son las principales razones por las cuales la población mexicana no adquiere seguros de vida, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF).
Por ello, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) cataloga a México como uno de los países con menor penetración en seguros.
Un seguro de vida es un instrumento financiero que no sólo protege ante eventos catastróficos, sino que también funciona como un apoyo para planear el futuro.
El deceso de cualquier familiar es un evento difícil de superar para una familia, pero todo se complica aún más cuando el fallecido es el sustento del hogar.
Al contratar un seguro puedes elegir las coberturas más adecuadas a tu nivel de ingresos y si tu situación económica mejora, puedes mejorar tu póliza.
El reto del sector asegurador es concientizar a la población sobre cómo un seguro de vida no es un gasto sino una inversión que puede hacer la diferencia en la economía de una familia.