Nuestro país invierte 3 mil millones de pesos en programas de atención a la salud materna, sexual y reproductiva, pero es el país número uno en embarazos adolescentes.
Es un hecho que los derechos sexuales y reproductivos también son derechos humanos. Por ello y debido al alza en embarazos adolescentes en nuestro país, se desarrolló la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA).
Actualmente, el país tiene una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años. Se calcula que el 23% de los jóvenes en este rango de edad, inician su vida sexual entre los 12 y 19 años. De acuerdo con información del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), al año ocurren 340 mil nacimientos de mujeres menores de 19 años. Esto se vuelve un problema, porque el embarazo adolescente impacta en aspectos claves de la vida de los jóvenes, como su permanencia en la escuela. Además, es un obstáculo para su desarrollo personal, social y profesional.
Con esto en mente, la ENAPEA trabaja en conjunto con 16 dependencias del Gobierno Federal para reducir el número de embarazos adolescentes. Su objetivo directo es disminuir a cero los nacimientos en niñas de 10 a 14 años para el año 2030 y reducir en un 50% la tasa específica de fecundidad en las adolescentes de 15 a 19 años.
Esta problemática también impacta en el aspecto económico. El Informe Consecuencias socioeconómicas del embarazo en adolescentes en México del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) lo explica perfectamente. Actualmente, México invierte en la atención sexual y reproductiva alrededor de 3 mil millones de pesos, pero el embarazo adolescente le termina costando 21 veces más al país, es decir cerca de 63 mil millones de pesos. Este impacto económico se da por la pérdida de ingresos anuales por desempleo más la brecha salarial entre maternidad temprana y maternidad adulta, lo cual suma una pérdida al año de 59 mil 809 millones.
Las campañas del ENAPEA y sus materiales educativos son un paso adelante para reducir el número de embarazos adolescentes, pero para que el impacto sea mayor, se requiere el apoyo de toda la población. Llegar a los objetivos trazados para 2030 beneficiará al país entero en cuanto a la calidad de vida de las adolescentes y el ahorro en dinero público que se invierte en programas para maternidad temprana.
FUENTES
Gobierno de México
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/237216/Cuadernillo_SSR_RM.pdf
https://www.gob.mx/conapo/documentos/cartilla-de-los-derechos-sexuales-de-adolescentes-y-jovenes
Fondo de Población de las Naciones Unidas
ENAPEA