El cambio y la innovación no viene solamente en formato digital, las industrias se están adaptando a las necesidades de la sociedad, desarrollando tecnologías que cubran nuevas demandas. Un ejemplo de ello es la industria automotríz, cuyos desarrollos en materia de autos eléctricos y otros vehículos con energías limpias están moldeando su futuro y motivando a las aseguradoras a diseñar nuevos productos.
Pero, ¿es ésta en verdad una oportunidad viable para la industria de seguros?
A nivel mundial, la producción automotriz ha proseguido con la transición hacia la fabricación y comercialización de carros ecológicos, como los eléctricos, híbridos, bi-fuel y solares. Sin embargo, en algunos países esto continúa siendo un proceso que va a pasos lentos, especialmente con los modelos eléctricos.
México es uno de los territorios que aún guarda cierta aprensión hacia los autos eléctricos y existen varios motivos que explican el porqué, como los altos costos, la falta de infraestructura para su mantenimiento y la baja oferta.
Las cifras no mienten. Durante los primeros cuatro meses de 2020, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró un descenso de 3.25% en la venta de vehículos eléctricos, en comparación con el mismo periodo de tiempo en 2019.
En cambio, los híbridos tuvieron un incremento de 11.41% con un total de 6,717 unidades comercializadas concentradas en la Ciudad de México, Estado de México y Jalisco.
Si bien el inicio de la pandemia redujo la demanda de automóviles “verdes”, el director general adjunto de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), Guillermo Rosales, declaró que no esperan un efecto diferenciado y solamente se moderará su alza.
Pero este freno no sólo ha afectado a la industria automotriz, sino también a la de seguros, la cual enfrenta importantes desafíos en cuanto a las pólizas de autos eléctricos.
Actualmente, las aseguradoras están diseñando planes que se adecuen a las necesidades de estos modelos y, por supuesto, de los clientes. No obstante, el precio elevado vuelve a ser un factor que juega en contra de los eléctricos.
El grupo corporativo Allianz Global (AGCS), indicó que la razón principal por la que los costos de reparación de un auto eléctrico suelen ser más altos es debido a que sólo existe un puñado de talleres especializados, reduciendo la competitividad de precios.
Además, la batería de un vehículo eléctrico representa 51% de su valor, por lo que si ésta se daña o necesita ser reemplazada, la póliza tendría que cubrir una suma considerable por una sola avería, algo que no suele ser común en vehículos de combustión tradicionales.
Por si fuera poco, un auto eléctrico también se enfrenta a amenazas de ciberseguridad. Los puntos de recarga son vulnerables a ataques como robo de datos personales y falsificación de tarjetas de crédito.
Estos motivos junto al posible aumento de reclamos, elevan el costo de la prima y son, hasta ahora, un producto de bajo crecimiento para las aseguradoras.
Aunque los datos recientes del INEGI muestran el escaso desempeño de los modelos eléctricos, las empresas automotrices mantienen la certidumbre sobre su futuro, lo que podría favorecer igualmente al sector de seguros.
“Hechos como el desabasto de gasolina, el Hoy No Circula y la actual pandemia COVID-19 ha generado conciencia en las personas (…), por lo que se espera un crecimiento para la movilidad eléctrica», declaró en entrevista con T21 MX Nazareth Black, directora de Zacua, la primer marca mexicana de autos eléctricos.
Fuentes:
El Universal, junio 2020.
El Universal, julio 2020.
T21 MX, julio 2020.
Xataka, febrero 2020.