El panorama de los seguros cambió bastante después de la pandemia, evento que afectó, y sigue afectando, prácticamente a todos
los sectores de servicios, ya que durante ese año la economía se contrajo un
4.3%, según datos del Banco Mundial. Como consecuencia de la crisis sanitaria, la
mayoría de las industrias tuvieron que cambiar sus modelos tradicionales para
responder a las necesidades actuales, y la industria aseguradora no fue la
excepción.
Sin duda, el COVID-19 es un parteaguas en el sector asegurador, porque ayudó a
mantener e incrementar la contratación de seguros de vida y de gastos médicos. Para ponerlo en contexto: la pandemia es considerada como el siniestro más grande de la historia de México, superando al huracán Wilma y otros eventos que han sido
muy costosos en la historia de la industria. Y aunque en general se reportaron
caídas en las utilidades de la mayoría de las empresas en el mundo, la crisis
sanitaria incrementó la conciencia en la sociedad de lo importante que es contar
con un respaldo financiero, lo cual generó un aumento en el número de personas
interesadas en asegurarse.
La emergencia sanitaria también obligó a la industria a adaptarse a las nuevas
tecnologías y a implementar herramientas como la contratación en línea,
digitalización de procesos, omnicanalidad, protección de dispositivos electrónicos
y atención remota e inmediata a través de la web. Si bien el proceso de
adaptación no fue sencillo, la resiliencia del sector asegurador fue fundamental
para superar toda clase de obstáculos.
Después de sortear con éxito la etapa más complicada de la pandemia, lo que
sigue es que las compañías trabajen de la mano con los agentes de seguros para
ofrecer soluciones personalizadas a cada cliente, acelerar la digitalización de los
procesos, innovar, desarrollar nuevos productos, fomentar la educación financiera,
unir esfuerzos para reducir la brecha de aseguramiento que existe en nuestro país
y generar resultados positivos para la sociedad en general.
La nueva dinámica del sector asegurador está influenciada por los cambios en las
tendencias y los hábitos de consumo, por lo que tiene la obligación de adaptarse a
sus clientes, garantizar el bienestar de sus asegurados e impulsar a más personas
a adquirir un seguro que respalde su actividad y bienestar.
Fuentes
El Financiero, 2022
Forbes, 2022
Banco de México
Centro Nacional de Prevención de Desastres