Incertidumbre en las economías, personas y gobiernos, son las principales consecuencias de la creciente evolución de los riesgos emergentes, apuntó Recaredo Arias, director general de la AMIS, durante su intervención en la 29 Convención de Aseguradores AMIS.
El directivo mencionó que una de las principales características de los riesgos emergentes, es la interconexión, lo cual dificulta su clasificación porque hay una incesante interacción de unos con otros, teniendo como consecuencia que si alguno se sale de control, esto acelera la materialización de otros riesgos. Arias, señaló que los riesgos emergentes se pueden denominar de la siguiente manera: económicos, ambientales, geopolíticos, sociales y tecnológicos.
El también presidente de la GFIA, destacó la situación particular del cambio climático, porque es un riesgo que podría clasificarse de distintas maneras, debido a sus implicaciones económicas, geopolíticas y sociales; fenómeno que, además tiene efectos adversos de todo tipo, como el desabastecimiento de energía y agua en zonas urbanas, problemas en la producción de cultivos, aparición de huracanes, inundaciones, sequías y una infinidad de daños que podrían ser irreversibles.
Nuestro país, como cualquier otro, es susceptible a todo tipo de riesgos ligados a desastres naturales, y la población no está preparada para enfrentarlos debido al bajo nivel de penetración del seguro en México. Por ello, recalcó que es importante que tanto el Gobierno, como el sector asegurador y la población en general, trabajen en conjunto para generar cambios positivos en el país.
Por otra parte, compartió que los expertos en riesgos emergentes han dedicado gran parte de su trabajo a analizar el tema de ciberseguridad y el impacto que tiene en la sociedad, debido a que la actividad cibernética maliciosa se incrementa cada día y los delincuentes encuentran formas cada vez más sofisticadas para llevar a cabo sus objetivos. El robo de identidad, los fraudes y los ataques directos a bases de datos, son los delitos más comunes en esta materia.
Finalmente, aclaró que, si bien la tecnología ha traído grandes beneficios a la humanidad, también, ha traído consigo consecuencias negativas, como nuevas enfermedades provocadas por el uso excesivo de dispositivos electrónicos, como daños en la motricidad, problemas de la vista y dolencias en manos y brazos, son los malestares más comunes.